jueves, 11 de septiembre de 2008

Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooool peruano … Si escuchaste bien, gol peruano

Después de mucho tiempo, el Perú se unió en un grito unísono, un aplauso audible desde cada una de las casas peruanas hasta la China o, incluso, el espacio. Una vibración se sintió en cada uno de los cuerpos de los hinchas y de los no hinchas y los corazones blanquirojos palpitaban rápido y con un solo latir.

Nuestra selección, demostró que poniéndole huev*s, que dejando todo en la cancha pueden llegar a casi vencer al mejor equipo del mundo.
Reconoceré que quedé maravillada al ver correr al “loco” Vargas que empujando con el brazo como diciéndole al argentino que lo marcaba “Sal ctm que vengo aquí a ganar” logró hacer un súper pase y lograr que su compañero, Jano, como si le hubiera leído la mente o como si hubieran planeado esta jugada hace mucho tiempo observara la pelota, se tirara al suelo y pateara el gol del empate, el gol que nos hizo reconocer que el peruano cuando quiere deja todo en la cancha y la hace linda.
Sé que este artículo no lo leerá ninguno de ellos pero “Felicidades muchachos, no cambien y sigan jugando así. Rómpanse por el Perú y demuestren lo mucho que aman a su país”.

Y para aquellos que no jugamos futbol porque, como en mi caso, tenemos dos pies futbolísticamente inhabilitados para patear una pelota hay que extrapolar la idea del comentario futbolístico anterior, hay que dar todo de nosotros, correr los 90 minutos y así estemos cansados hacerlo con mucha fuerza para poder observar los buenos resultados que eso nos puede traer. Dejemos todo en la cancha, en el trabajo, en la casa, con los amigos, las parejas (espero que una sola por lector), en todo lo que hagamos porque nosotros nos lo merecemos, porque el Perú se lo merece.
Ahora, para los tres gatos que leerán el artículo, “Vamos muchachos, no arruguen, sigan adelante, sigan jugando. Rómpanse por ustedes, rómpanse por el Perú y demuestren lo mucho que aman a su país y sus ganas de verlo triunfar”.